21 May Huesca, la magia en ruta
GUSTAVO CUERVO
La provincia de Huesca ofrece una variedad de rutas moto turísticas muy difícil de encontrar en otras latitudes. El corazón de los Pirineos en el Norte, con los picos más altos de la cordillera, y los valles más profundos y mejor valorados, se complementan en un viaje en moto con el pie de monte donde se suceden los atractivos turísticos en forma de preciosos pueblos, castillos, ermitas y el ramal más afamado del Camino de Santiago.
Comenzaremos en Jaca. La capital del Pirineo Aragonés, que ofrece un nutrido número de alicientes que justifican la visita con calma durante al menos un día completo. La más notable y visible de sus construcciones es la Ciudadela, un castillo con origen a finales del siglo XVI y con forma pentagonal. En su foso pastan rebaños de gamos y en su interior se encuentra el museo de miniaturas militares.
Su estructura en forma de estrella fortificada en sus puntas y su notable foso, muestran la mejor de las escuelas arquitectónicas defensivas militares. En el centro de la ciudad el ayuntamiento renacentista, las iglesias de Santiago, Carmen, San Salvador y San Ginés y en los alrededores las Iglesias románicas del Asieso, Banaguas, Guasillo, Abay, Canillas, Sinués, Ulle Navasa y Leres, indican la importancia del clero en la Edad Media oscense.
Finalizada la visita urbana, comenzamos la ruta hacia el oeste por N-240 que sigue el Camino de Santiago. No hay mejores estaciones que la primavera y el otoño temprano para disfrutar de los encantos paisajísticos de una naturaleza tan privilegiada como la de la provincia de Huesca.
En el rutómetro anotamos como primera referencia el hotel Aragón, situado en la misma carretera a solo 12 kilómetros de Jaca. Lugar de quedada de motoristas de la comarca con fotografías y recuerdos de su muy motorista propietario. Este es además el punto donde hay que dejar la nacional y meterse por la A -1603, siguiendo la dirección Santa Cruz de la Seros. Una vez atravesado el pueblo comienzan las curvas hasta pasar bajo el monasterio viejo de San Juan de la Peña.
En la Hoz del barranco de Gótolas, en un entorno paisajístico de singular belleza, encajado en un desplome montañoso, este cenobio está ligado no solo a la historia de Aragón, también a la leyenda del Santo Grial. Su visita requiere obtener el boleto de acceso en la caseta ubicada en el nuevo monasterio de San Juan de la Peña (1,5 km), donde hay que estacionar la moto y utilizar los autobuses lanzadera, ya que no hay aparcamiento en el viejo monasterio. Declarado monumento histórico artístico encierra dentro de su sencillez exterior una gran riqueza artística vinculada a los orígenes del reino de Aragón. Iglesia visigótica excavada en la roca y el panteón real, de los reyes de Aragón.
La ruta sigue hacia el este con una buena ración de curvas enlazadas entre bosques hasta Bernués, donde se enlaza con la A-1205.
Siguiendo 12 kilómetros en dirección sur, se llega a otro de los puntos de referencia de todo aficionado a la ruta en moto de España. El camping de Anzanigo fundado por el recordado Emilio Moliné, gran impulsor del turismo en moto en España y creador del monumento a ‘San Glas’, donde hay que tomarse una foto en el monumento de la mítica motocicleta española Sanglas. Buen lugar también para la acampada con especial tratamiento para los motoristas y el deguste de las especialidades gastronómicas locales.
Gastronomía de la zona
En este tema, la gastronomía el Alto Aragón está caracterizada por una cocina de montaña donde predominan los sabores fuertes, la carne de caza y los asados, pero tampoco faltan los pescados de río con la trucha a la cabeza. Platos recios destinados a combatir el frío, que se adueña de la región durante gran parte del año. En cualquier caso y rebuscando entre los fogones autóctonos, se puede apreciar una notable diferencia entre las especialidades culinarias tradicionales de cada valle pirenaico. El salmorejo es una salsa a base de agua, vinagre, aceite, sal y pimienta. Chorizo, jamón y un espárrago son los compañeros de los huevos que han de servirse en cazuela de barro.
Siguiendo rumbo Sur otros 17 kilómetros, y tras superar el embalse de la Peña, hay una parada desde donde se puede contemplar uno de los paisajes más singulares de Pirineos. Los Mallos de Riglos. Mallos se les llama en Aragón a estas formaciones geológicas de color rojizo, características de la Hoya de Huesca, con forma de torres esculpidas en las montañas por los agentes climáticos. Paraíso de escaladores y sin duda una de las imágenes más representativas de la provincia de Huesca. Para admirarlos más de cerca hay que tomar un desvío de la carretera principal y buscar el pueblo de Riglos situado justo al pie de estos colosos naturales. No son los únicos, pues en las proximidades también encontramos más Mallos, aunque los de Riglos son los más impresionantes y afamados con más de 200 vías de escalada de alta dificultad.
Continuamos ruta y pasando por Ayerbe tomamos el desvío a Loarre. La carretera es menos sinuosa y por tanto la media kilométrica más elevada, de forma que en unos veinte minutos alcanzamos el poderoso castillo de Loarre.
Este imponente castillo es una de las fortalezas medievales mejor conservadas de Aragón y, uno de los castillos de estilo románico mejor conservados de Europa. Enclavado a 1070 metros de altitud ofrece una magnífica visión de la comarca de la Hoya de Huesca. Ha sido castillo, residencia real, monasterio e incluso escenario de películas, y la guía Lonely Planet le consideró, tras los comentarios de más de 60.000 viajeros, el más bello de España. A principios del siglo XX, fue declarado Monumento Nacional y tras varias restauraciones, hoy se sitúa como uno de los principales atractivos turísticos de la provincia.
Continuando con la ruta en moto, ahora dentro de la comarca de la Hoya, prácticamente solo hay carreteras rectas (A-122), así que pasando por cerca de la capital volvemos hacia el norte por la A-23, una moderna autovía que remonta el puerto de Monrepós. Justo al comienzo de la ascensión, el pequeño pueblo de Arguís es otra referencia entre los moto-turistas españoles y franceses, pues aquí se celebra cada invierno una de las concentraciones más antiguas de España.
La autovía acaba con la antigua carretera plagada de túneles y permite llegar con facilidad tras un largo descenso hasta Sabiñánigo. Por último, un corto tramo de autovía A-23 nos devuelve a Jaca para cerrar una ruta circular que puede y debe tener múltiples variantes.
Una de las siempre recomendables es seguir la N-330 que penetra entre las montañas siguiendo el valle del río Aragón hasta Canfranc Estación. Paisajes de alta montaña y el edificio más impresionante de los Pirineos de Huesca, la Estación Internacional de Canfranc, hoy convertido en hotel de lujo.
Hacia el norte, las más altas cumbres de Pirineos, con el Valle de Ordesa como referente, al noreste los singulares valles de Hecho y Ansó, al noroeste el maravilloso pueblo de Aínsa y el valle de Benasque, al sur el parque natural de la sierra y los cañones del Guara, los Monegros, los pueblos del Cinca…. Son tantas las maravillosas rutas moteras que te puedes trazar sin salir de Huesca, que por eso la Diputación, conocedora de sus encantos, las promociona bajo el nombre de ‘Huesca: La magia en ruta’.
Esta ruta que recomendamos hoy será, en gran parte, la que se realizará el día 15 de junio 2024 durante la III Gala de los premios Moto Turismo en la que ANESDOR es patrocinador desde sus inicios.