La Mariña y Rías Altas

Cabo Ortegal

La Mariña y Rías Altas

GUSTAVO CUERVO

En la costa lucense durante el verano no encontrarás las altas temperaturas de las costas mediterráneas, ni mucho menos sus densidades turísticas. Pero sí muchas curvas, suaves montañas, espectaculares playas, ciudades y pueblos monumentales y una excelente gastronomía. Proponemos en esta ocasión una ruta que combina la costa de La Mariña y las rías altas coruñesas con el viaje desde el interior, para descubrir alguno de los muchos rincones con encanto de esta provincia gallega.

Paisajes de la provincia gallega

Paisajes de la provincia gallega

Partimos de Lugo, la capital provincial, no sin antes pasear por su muralla romana que abraza todo el casco antiguo y es una de las mejores conservadas íntegramente de todo el mundo. Ya en ruta, la carretera N-640 nos lleva directos hacia la primera de las rías Altas gallegas desde Levante, que comparte encantos y paisajes con Asturias.

Los primeros 35 kilómetros de la ruta son de paisaje típicamente gallego de interior, sin grandes alardes paisajísticos. Pero a partir de Meira, la naturaleza despliega sus encantos y la carretera se retuerce para superar el puerto de Marco de Alvare y a base de un permanente zigzag nos lleva, siguiendo el río Eo, hasta su desembocadura. Una carretera que se despliega desde el lado astur Vegadeo, Castropol y del lucense Ribadeo, en la bocana de la ría desde la que se tienen fantásticas vistas, incluido el viaducto de la N-634 que vuela a la entrada de la ría. Las nieblas aparecen de vez en cuando durante el verano, pero no suelen ser muy persistentes y, en cualquier caso, componen otro atractivo más del último gran pueblo costero gallego por oriente.

Ruta ideal para ir en moto

Ruta ideal para ir en moto

En el rutómetro hemos anotado las siguientes referencias: Lugo-Meira-Ribadeo-San Cosme-Mondoñedo-Masma-San Martín de Mondoñedo-Foz-Burela-Cervo-Viveiro-Porto do Barqueiro-Estaca de Bares- Ortigueira-Cariño- Cabo Ortegal-San Andrés de Teixido-Cedeira-Valdoviño- Ferrol.

La ruta tiene un total de 177 kilómetros, pero puedes dejarte llevar por carreteras secundarias para disfrutar de este paraje gallego sin tener en cuenta los kilómetros.

Mapa de la ruta

Mapa de la ruta

Comenzamos, por tanto, a perfilar la recortada costa siguiendo la nacional N-634. Esta antigua carretera corre paralela a la nueva autovía del Cantábrico y, por tanto, está bastante despejada de tráfico, siendo solo los habitantes locales los que la utilizan. Su ritmo es lento y hay que prestar atención a los múltiples cruces e intersecciones, así que resulta obligatorio ajustar tu ritmo a aquel puramente turístico para disfrutar plenamente del viaje con total seguridad.

Los 24 km que separan esta ría de la ría de Foz se salpican con agradables playas, como la de Castro, y magníficos cabos como el de la Punta Corbera, así que no serán pocos los que ya den por finalizado su camino en estos parajes, pero lo que no puede faltar es la visita de la playa de las catedrales. Se ha hecho tan popular que es necesario la reserva para la visita en temporada alta (verano) y Semana Santa. Las reservas se consiguen en la página web oficial.

Situada a muy pocos kilómetros de Ribadeo, esta playa que dispone de un gran aparcamiento y tiene gran número de visitantes, ofrece su mejor vista con la marea baja. Es en esas horas cuando se puede bajar hasta la arena de la playa y ver desde abajo los arcos que como contrafuertes de una gigantesca catedral el mar Cantábrico ha labrado con la bravura de sus olas y la potencia de sus mareas. No se debe pasar por esta zona de Lugo sin visitar, al menos una vez en la vida, esta maravilla natural, por lo que conviene ajustar el viaje en lo posible a las mareas.

Playa con rocas similares a los contrafuertes de una catedral

Playa con rocas similares a los contrafuertes de una catedral

Nuestra ruta continúa y se aleja, provisionalmente, de la costa para visitar Mondoñedo, siguiendo la autovía A-8 apenas a 22 km. Esta centenaria urbe es una ciudad catalogada como conjunto histórico-artístico, para lo que suman sus encantos, entre otros, la catedral del siglo XIII, el Santuario de los Remedios, el hospital de San Pablo y el monasterio de Salvador. Pero lo mejor es el conjunto de callejuelas, rincones palacios y casonas hidalgas, que hablan por si solas de un influyente pasado que le valió, durante algún tiempo, para ostentar la capitalidad de una provincia que llevaba su nombre, Mondoñedo, en franca rivalidad con Lugo. El mercado y la cena medieval que se organizan la segunda semana de agosto son uno de sus mayores atractivos veraniegos.

Para regresar a la costa no hay nada mejor que hacerlo tranquilamente por la nacional N-634 que corre paralela a la moderna autovía, hasta volver a la costa siguiendo el curso del río Masma para acabar en su ría y Foz uno de los puertos pesqueros más bellos de la región. Nos dirigimos a la bocana, la playa de Rapadoira, a continuación a la de Llas, Burela y Cervo donde dejamos la carretera principal para seguir por una local que nos lleva pegados a la costa hasta el cabo de San Ciprián y su vigilante faro. Moras y los llamados acantilados de Papel, Portocelo y el faro Roncadoiro son lugares recomendados para los que gusten de parajes muy poco conocidos. Por último, llegamos a la gran población de Viveiro, en el fondo de una abrigada y suave ría, cuyo paisaje recuerda más a las Bajas que a las Altas, a las que pertenece de pleno.

Portocelo

Portocelo

Esta animada población vive un intenso verano cuajado de fiestas populares, las más destacadas son: La Rapa das Bestas en Buyo (4 km) el primer domingo de julio, las patronales de San Roque, el 16 agosto, y la romería de Naseiro, el cuarto domingo de agosto. El pulpo, la empanada, el marisco en todas sus variantes, las sardinas y los cachelos… toda la gastronomía gallega despliega sus sabores en unas fiestas de intensa participación popular.

Ría Viveiro

Ría Viveiro

La carretera C-640 sería la vía lógica si lo que quieres es regresar hacia la capital, pero nuestra recomendación es proseguir perfilando la costa hacia la última ría lucense por occidente: nada menos que la bellísima ría del Barqueiro que hace frontera con la provincia de A Coruña. Uno de los labios que la forman por occidente es el contrafuerte montañoso que penetra en el océano formando la llamada punta de Estaca de Bares. Hay que acercarse por una estrecha carretera hasta este cabo exclusivo, con todos los alicientes de las “puntas del mapa”: acantilados, recoleto faro paisaje del fin del mundo y el límite septentrional de España. Este es el punto más al norte de la Península Ibérica (43º 47´24´´) y espera a los amantes de los cabos más destacados de las geografías, esos hacia los que se va la vista en cualquier mapa.

La ruta continúa hacia poniente, pero antes hay que salir del cabo pasando por el pequeño y precioso puerto de Bares y el más abrigado en la estrecha ría de Porto do Barqueiro y sus caseríos apiñados entre el agua y el verdoso talud. La siguiente ría es la de Ortigueira para lo que hay que rodar 17 km por la carretera AC-862 que pasa por Mosteiro, si quieres ir rápido, pero si no tienes prisa puedes desviarte y hacer unos pocos kilómetros por una pista de tierra en buen estado para alcanzar lo que en Google Maps aparece como el banco más bonito del mundo, situado entre la playa de Picón y los acantilados de Loiba.

La categoría de “el banco más bonito del mundo” se adjudica a infinidad de miradores a lo largo y ancho de todo el mundo, pero es verdad que este merece estar entre los así llamados. La visión del mar y los múltiples acantilados, islotes, farallones y rompeolas que se divisan desde este punto son inolvidables. Es muy importante que el clima acompañe, pues con temporal circular por estas pistas resulta peligroso a causa de los fuertes vientos racheados.

El banco más bonito del mundo

El banco más bonito del mundo

Entre Ortigueira y A Ponte de Mera la ruta perfila el fondo de la ría y vuelve hacia el norte en busca de otro de los cabos que te dejará huella en la memoria el cabo Ortegal. El último tramo de carretera muy estrecha arranca en un pequeño pueblo de primoroso nombre, Cariño.

Cabo Ortegal

Cabo Ortegal

De regreso a Murela tendrás que superar otro excepcional tramo de curvas entre bosques y en continua ascensión deberás seguir la DP-2205 para pasar al otro lado de esta montaña. Del bosque a las praderías de montaña, un paisaje que recuerdan a los páramos escoceses. Los caballos semisalvajes pastan libremente por estos pastos coronados por aerogeneradores que aquí siempre tienen viento para funcionar.

En el descenso visitamos otra población imperdonable, San Andrés de Teixido, donde el dicho popular asegura que “irá de muerto quien no fue de vivo”. Un pueblo enclavado sobre el acantilado que por su singularidad y sus múltiples leyendas reciben muchos visitantes, especialmente en verano. Las leyendas, cuentos y aventuras de las meigas por estos parajes son temas de conversación frecuentes, pero también las “rapas das bestas”, el pelaje y el marcado de los caballos salvajes que se realiza en verano cada año y que constituye un auténtico espectáculo.

Acantilados de San Andrés de Teixido

Acantilados de San Andrés de Teixido

De San Andrés a Cedeira apenas hay otros 12 km, pero como en otros tramos de esta ruta, lo ideal es perderse por las estrechísimas carreteras asfaltadas que llevan hasta la próxima costa. Los cabos y pequeñas playas se suceden mientras en alguno de sus más vigilantes altozanos se pueden ver los restos de instalaciones militares artilleras. El mirador de Chao do Monte, la Punta Candieira o el mirador do Purrido son algunos de los recomendados.

De nuevo, hay que rodear la ría para seguir rumbo sur en dirección a Ferrol por una carretera de suaves curvas enlazadas que en ocasiones presenta tráfico denso. Pantin y Valfoviño son las poblaciones que quedan a los lados del camino antes de alcanzar la gran ciudad de Ferrol. El tercer municipio más poblado de la provincia y el séptimo de Galicia, con más de sesenta y cuatro mil habitantes, Ferrol siempre estuvo ligado a la ría con sus astilleros. La construcción de barcos, tanto civiles como militares, que nacen en esta ciudad navegarán por todos los océanos del planeta, pues son muchos los países que encargan sus embarcaciones al buen hacer de estos gallegos, expertos en naves capaces de superar con éxito los más salvajes oleajes. Esta ciudad dispone de un Museo con verdaderas reliquias.

Casa do Concello, Ferrol

Casa do Concello, Ferrol

La singular orografía de la ría de Ferrol fue determinante para el asentamiento de la población. Su fácilmente defendible bocana, que en su punto más estrecho está protegida por los castillos de San Felipe y la Palma, permitieron que prosperara protegida y a salvo de todo tipo de ataques provenientes del océano. Es una ciudad monumental de múltiples historias desde tiempos pre-romanos. Calles y palacios, rincones y cuarteles, puertos y dársenas, dejarse atrapar por la historia de esta singular urbe gallega es dejarse enamorar por la historia de España. Justo en el otro extremo peninsular, la ciudad de Cartagena en Murcia sobre el mar mediterráneo tuvo igualmente sus orígenes en las características similares de su bahía. Son mil cincuenta los kilómetros que separan estas dos ciudades fundamentales en la historia de la armada española y que, para unirlas, hay que seguir una diagonal que atraviesa por completo la península ibérica.

Es este un viaje por la Mariña y las rías Altas una ruta para realizar con calma, alternando el relax de las playas con las vistas panorámicas desde los cabos, la degustación de su excelente gastronomía y la diversión de sus fiestas veraniegas.

Disfruta de los paisajes gallegos con tu moto

Disfruta de los paisajes gallegos con tu moto