Neck brace o collarín

Neck brace o collarín

JUDIT FLORENSA

El neck brace o collarín es un elemento que protege el cuello y la columna de los moteros en caso de caída o accidente. Su función es prevenir y minimizar al máximo la gravedad de las lesiones cervicales limitando diferentes movimientos, desde la hiperextensión hasta la hiperflexión, sacudidas laterales o rotación del cuello. Además, distribuye la fuerza de los impactos de forma más uniforme.

 

Orígenes en el off road

El neck brace se empezó a usar en el ámbito del off road, especialmente en motocross y enduro, donde los terrenos son irregulares y los pilotos están mucho más expuestos a movimientos bruscos y caídas frecuentes.

Su utilización se extendió dentro del mundo de la competición y, de hecho, algunos organizadores de eventos promocionaron su uso. Fue el caso, por ejemplo, de la iniciativa que tuvo la ASO en 2007 cuando subvencionó una parte del coste de los collarines de los pilotos de motos y quads. A pesar de haber llegado a ser un elemento bastante común entre los participantes, desde 2021 no vemos estos protectores por la incompatibilidad que tienen con la mayoría de sistemas de airbag, que son obligatorios por reglamento desde ese mismo año para moteros y pilotos de quad.

Con el paso del tiempo ha dejado de ser exclusivo en el off road o en ciertas disciplinas de competición y se ha extendido su uso en carretera e incluso para la circulación diaria. Y es que no podemos olvidar que todos los motoristas estamos expuestos y podemos sufrir un accidente.

 

Los materiales más comunes

Como pasa con la inmensa mayoría de la equipación para moteros, existen diferentes tipos y diseños de collarín. Es importante que sean resistentes, cómodos y ligeros sin que ello comprometa la seguridad. Lo que no cambia es su colocación, ya que todos se acomodan alrededor del cuello y suelen contar con mecanismos de encaje y cierre muy sencillos.

Los materiales más comunes en su fabricación son los siguientes:

Plástico de alta resistencia, como el polipropileno, poliamida o el polímero termoplástico. Son plásticos de calidad que permiten que la estructura sea resistente y rígida a la vez que ligera.
Espuma de alta densidad. Se trata de una almohadilla de gran consistencia. Es un material que proporciona comodidad y distribuye las fuerzas de impacto.
Materiales textiles resistentes: Las correas o sistemas de sujeción de algunos neck braces suelen ser de nylon o el poliéster para conseguir una fijación firme, resistente y duradera.
Aleaciones metálicas: En algunos de los modelos más sofisticados podemos encontrar elementos metálicos para añadir un refuerzo adicional.
– Fibra de carbono: La encontramos en collarines de alta gama. Es un material que proporciona un extra importante de ligereza pero encarece el producto.

Tipos de collarines

Los de espuma. Están constituidos básicamente de este material. Son acolchados, lavables y muy confortables. Este es un tipo de collarín que permite más libertad de movimientos que otros modelos más rígidos aunque no llega a su nivel de protección. Los hay en talla de niño y de adulto. El sistema de uso es muy sencillo y, como podéis observar en uno de los modelos de Acerbis, algunos cuentan con sistema de cierre desmontable.

 

Los más rígidos. Fabricados en plástico resistente y en algunos casos de fibra de carbono. Son los más usados y los que ofrecen un mayor nivel de protección. Cuentan con un soporte o estabilizador tanto en la zona del tórax como detrás en la espalda, donde además añaden una membrana acolchada para garantizar el confort del piloto. En función del modelo puedes encontrar el sistema de cierre y apertura en la parte delantera o en un lateral. Los tienes disponibles en distintas tallas y, dentro de cada una, existen diferentes grados de ajuste.

Estos collarines cuentan con un diseño anatómico. Algunos modelos liberan la zona de la clavícula para permitir una total amplitud de movimiento. En el caso de los que están pensados para uso en carretera, encontramos que tienen características especiales como el hecho de dejar espacio para la chepa que incorporan algunas chaquetas o monos de cuero.

 

Aspectos a tener en cuenta

En primer lugar, los collarines son un elemento recomendado pero no obligatorio. Es un extra de seguridad pero en ningún caso es sancionable el hecho de no usarlo. Por otro lado, es importante que tengas en cuenta que necesitarás un pequeño periodo de adaptación. No es un cambio radical pero el hecho de llevarlo limita ciertos movimientos y deberás acostumbrarte a esas nuevas sensaciones.

Por lo que respecta al precio, encontrarás un abanico bastante amplio porque dependerá del tipo y sus características. El coste puede oscilar entre los 25 y los 400 euros – e incluso más si te decantas por uno de carbono.  Y, para terminar, no todos están homologados, así que te puedes asegurar que cumple con la normativa consultando el distintivo que encontrarás en el propio collarín.