Burgos norte: una ruta en moto para dejarse sorprender

Burgos norte: una ruta en moto para dejarse sorprender

La castellana provincia de Burgos ofrece sorprendentes paisajes, carreteras sinuosas y pueblos llenos de encanto a lo largo de una ruta de poco más de 200 km que te mostrará como esta provincia es mucho más que los campos cerealistas que imaginas.

 

Comenzando en la capital hay que visitar la Catedral. El mejor ejemplo del arte gótico religioso de Castilla aunque en su interior el estilo renacentista y barroco también tienen presencia. Son muchos los alicientes que ofrece la capital en especial dentro del casco histórico peatonal. La muy popular broma de que en Burgos hay “dos estaciones el invierno y la del tren” está basada en la certeza que durante gran parte del año incluido el verano las temperaturas no son altas. Solo algunos días entre finales de junio y principios de agosto las olas de calor veraniego también afectan a la ciudad, pero solo durante el día produciéndose normalmente rápidos y pronunciados descensos de la temperatura al caer la tarde y durante la noche.

Los monumentos imprescindibles de la ciudad son además de la catedral la plaza del Cordón el puente de San Pablo el monumento del Cid y el paseo del Espolón. El museo de la evolución Humana, el más visitado de Castilla y León ofrece un detallado viaje por la evolución del hombre con exposiciones de más de 200 fósiles originales destacando los restos del Homo Antecessor (los más antiguos de Europa) el cráneo de Miguelón, o la pelvis de Elvis (si quieres saber el motivo de tan singulares nombres en la visita te lo dirán) todos estos testimonios de la prehistoria fueron encontrados en la sierra de Atapuerca, declarada Patrimonio de la Humanidad y a escasos kilómetros de la capital. El castillo ofrece las mejores vistas panorámicas de la urbe, en tanto que el monasterio de Las Huelgas Reales en las afueras, es polo de atracción para los amantes de la cultura el arte y la historia.

Partiendo de la capital por la BU V 5021 en principio se surcan los típicos páramos castellanos, que ofrecen imágenes muy diferentes según la estación del año. De los amarillos veraniegos a los verdes primaverales pasando por los amarronados otoños y los blanquecinos inviernos donde las escarchas se adueñan durante días de los campos de labor. Adecuar tu equipamiento a la estación del año es fundamental.

 

En verano a pesar del calor cuando viajas en moto siempre hay que llevar chaqueta y siempre es siempre. Utiliza chaquetas de verano que tienen una notable ventilación tanto en el frente como las mangas, pero nunca, nunca viajes en manga corta. Como mínimo a la media hora habrás conseguido que tus brazos estén enrojecidos por la fuerte radiación que apenas se nota con el viento de la marcha. La utilización de protectores solares solo retrasa en parte las quemaduras. Chaqueta de verano, casco, guantes y botas fundamentales y lo ideal también pantalones ventilados de moto. En invierno estos páramos son muy fríos con lo que deberás utilizar todo tu equipamiento invernal.

La primera escala es Poza de la Sal el pequeño pueblo natal del más popular de los científicos comunicadores de España, el inolvidable Félix Rodríguez de la Fuente. Visionario del movimiento ecológico y la convivencia en la naturaleza fue determinante en la concienciación de los españoles para disfrutar en armonía con la naturaleza, atrapando a todos los telespectadores durante años con sus magníficos programas de divulgación. El monumento al hijo más ilustre de la villa es obligatorio y si quieres completar la visita el Arco de entrada, la iglesia de San Cosme y San Damián y las reales salinas con la arquitectura popular completan la visita.

Más adelante la Peña del Elefante una singular roca a la que añadiendo un colmillo reproduce fielmente la cabeza de un gigantesco elefante y en pocos kilómetros dejando ya la comarca de la Bureba alcanzamos Oña. Considerado uno de los pueblos más bonitos de la provincia de Burgos tiene rincones sorprendentes como el Jardín secreto; antiguos jardines benedictinos junto al monasterio que se adornan con exposiciones al aire libre, estanques y esculturas, todo integrado en una naturaleza muy atractiva. Acceso libre y gratuito.

A su lado el monasterio considerado por muchos el monumento más importante de la provincia tras la catedral capitalina. Fundado a principios del siglo XI dispone de un imponente claustro. Hay muchos más rincones que disfrutar en esta población, pero nuestra ruta continúa, pues aún quedan muchas sorpresas por el camino.

Siguiendo la N. 232 durante unos pocos kilómetros hasta él desvió por N. 632 indicado Santander-Trespaderne. El paisaje ha cambiado completamente y un frondoso bosque de pinos cubre las montañas por las que se encaja el río Ebro. Los primeros kilómetros hasta Trespaderne la ruta corre paralela al río Ebro baja una frondosa vegetación de ribera. De Trespaderne a Medina de Pomar vuelven las rectas y el paisaje se abre en llanuras.

 

La antigua capital de la comarca de Las Merindades y señorío de los Velasco, condestables de Castilla tiene un rico patrimonio.

Alcázar alberga el museo histórico de las Merindades y el Arco de la Cadena da acceso al casco antiguo mientras se puede seguir la ruta de las manzanas de arte contemporáneo salpicando las calles. ¿Manzanas? Si Medina del árabe ciudad y pomar, manzana, componen el nombre de la villa.

De Medina a Villarcayo por CL-628 y a continuación enlace con la CL-629 para, tras una larga recta que finaliza con dos curvas de amplio radio, empalmar con la N. 232 que se toma dirección Burgos. Un tramo sinuoso de enlazadas suaves y rápidas acaban en Valdenoceda donde hay que prestar especial atención a la travesía, pues aquí también está el desvío de la nacional hacia la CL 629. En este tramo nueve curvas en horquilla y al final el mirador de Valdivieso.

A continuación, un nuevo desvió tomando la local BU-V 5143 nos lleva a la parte menos conocida y transitada de la ruta. Estrecha con firme irregular en tramos y muy revirada pasa por Porquera y Cubillo de Butrón. Los que nada quieran perderse deben tomar un camino indicado Cortiguera para conocer varios de los miradores más espectaculares del río Ebro. Atención cruce mal señalizado toma el camino en Angulo de casi 180 grados.

De regreso a la ruta principal se pasa por Pesquera. La carretera corre paralela al río Ebro, pero apenas se le puede ver, salvo que pares en los miradores, pues corre encajado en un profundo cañón. Al final del tramo se enlaza con la N-623 para seguir rumbo sur y trazar un par de horquillas amplias antes del desvío hacia Obraneja del Castillo por la BU-643.

 

Obraneja del Castillo está de moda. Es sin duda uno de los pueblos más atractivos de la provincia de Burgos y el más inolvidable. El motivo es que el pequeño y corto afluente del río Ebro atraviesa sus calles derramándose en una cascada de 25 metros de altura que acaba en pozas naturales de aguas transparentes. Es una delicia estacionar tu moto y dedicarle tiempo a este conjunto de callejuelas casas rurales y rincones idílicos hasta alcanzar la Cueva del Agua. Un pueblo de apenas 50 habitantes censados que justifica por sí solo el viaje hasta este rincón de la provincia de Burgos. La ruta del Ebro aún continúa remontando el cauce del más caudaloso de los ríos españoles y segundo en longitud tras el Tajo, pero ya se interna a pocos kilómetros en la Comunidad de Cantabria.

 

Es esta una ruta variada y amena salpicada de continuos monumentos que demuestran la relevancia histórica de las tierras altas de Burgos, adornada con frondosos bosques, desfiladeros, formaciones rocosas impresionantes y en las paradas la sabrosa y recia cocina castellana emanando aromas desde cualquier mesón. Una bonita ruta de primavera, verano y otoño, en invierno las bajas temperaturas, días cortos de luz solar y hielos frecuentes la convierten en menos recomendable.