20 Nov Ruta por Castellón: la plana y la montaña
GUSTAVO CUERVO
La provincia de Castellón ofrece una dualidad bien marcada entre la costa y el interior, que además es uno de los parajes más desconocidos del levante español tanto para el turismo general como por los moto turistas en particular. Es una de las regiones más sorprendentes de la Comunidad Valenciana con cientos de kilómetros de carreteras de montaña solitarias y saturadas de atractivos.
Comienza la ruta conociendo la capital Castellón de la Plana. La Plaza Mayor, con el mercado central, la torre del Fadrí y la Concatedral Santa María la Mayor son los monumentos arquitectónicos más destacados de la capital de Castellón. Recomendable para los que gusten de los jardines el Parque Ribalta y no quieran perderse el Parque del Meridiano donde el meridiano de Greenwich se cruza con el paralelo 40. Castellón fue importante en la determinación del trazado definitivo del meridiano 0 en el siglo XVIII y ya en 1988 el Instituto Geográfico Catastral de España con el Ayuntamiento de Castellón construyeron un monolito para señalar este vértice rodeándolo del parque del Meridiano un lugar poco conocido, pero de singular atractivo para los amantes de los mapas y la geografía que pueden colocar un pie en el hemisferio Este (occidental) y otro en el hemisferio Oeste, (oriental).
Para conocer la provincia trazamos una ruta moto turística larga de casi 400 kilómetros que sigue las indicaciones: Castellón-Benicasim-Oropesa-Peñíscola-Benicarló-Vinaróz-Morella–Cinctorres-La Iglesuela del Cid-Sant Miguel de la Pobla-Mosqueruela-Puertomingalvo-La Masada-Zucaina-Los Calpes-Villanueva de Viver-Barraca-Jerica-Segorbe –Vall de Uxo-Burriana-Villareal-Castellón. Total 390 Km.
Saliendo en ruta desde Castellón de la Plana en una ruta turística, lo mejor es empezar pegado al mar siguiendo la CV-1501 situada a poca distancia del Parque Meridiano y viajando hacia el norte por la llamada Costa del Azahar. Las playas se suceden Pinar, Gurugu y Henioplois hasta alcanzar Benicasim, (del árabe hijo de Casim) población turística que acoge grandes festivales de música veraniegos.
Si lo que quieres es empezar pronto con las curvas, lo mejor es salir de Castellón por la N-340 y tomar en las afueras de la ciudad la CV-147 que atraviesa en su totalidad la montaña denominada por el desierto de las Palmas. Son apenas 21 kilómetros, pero tienen un tramo muy retorcido desde la Bartola hasta tres kilómetros antes de Benicasim.
Continuando hacia el norte puedes elegir la N-340 que tiene mucho tráfico y cruces, semáforos etc, o la autopista A7 que es gratuita. Es una salida turística muy recomendable donde abandonar la vía rápida es la que lleva hasta Peñíscola que debe estar incluida en todo viaje por el levante español. Es perfecto para la parada sencilla, el almuerzo o incluso pasar la noche. Durante el verano, la gran afluencia de turistas hace menos atractiva su visita, pero durante el resto del año, Peñíscola permite recrearse con calma en el urbanismo medieval de su barrio antiguo amurallado y elevado sobre el mar, edificado sobre una aislada y escarpada roca, completamente rodeada de mar, sin otra unión a la tierra que una larga lengua de arena. La villa amurallada está culminada por el castillo que fue refugio desde 1412 a 1422 de Don Pedro de Luna, elegido Papa en Aviñón como Benedicto XIII, el llamado Papa Luna. Completan la visita su recoleto puerto pesquero y la preciosa playa por la que conviene seguir la ruta para enlazar con Benicarló y poco más adelante Vinaròs.
En la gastronomía castellonense de costa a la hora de sentarte a la mesa lo ideal es elegir entre sus platos más tradicionales. Especialidades marineras con el marisco y el arroz como principales ingredientes. Entre los primeros dátiles de mar, gambas, cigalas y almejas. Los pescados más apreciados son los salmonetes, sepias y calamares. De la combinación de arroz y pescados más el añadido de productos de la huerta surgen platos tan apetitosos como el arroz con bacalao, el arroz con alubias y el «empedrat», con tomate, bacalao y un empedrado de judías blancas.
En Vinaròs dejamos la ruta costera y nos adentramos al interior siguiendo la muy buena carretera N-232. Al principio no resulta especialmente atractivo, pero a partir de Xert y el cruce con la CV-132, comienza un tramo realmente interesante. Curvas rápidas enlazadas remontan el puerto del Querol camino de Morella. Superado el primer contrafuerte montañoso del Maestrazgo, la ruta aún se hace más revirada, sin dejar de ser territorio favorito para las motos deportivas. Buen asfalto y no mucho tráfico en los días laborables hacen de estos 35 km uno de los mejores tramos de la provincia. Al final Morella erige su caserío fortificado de poderosas murallas y coronado por el castillo. Desde cualquiera de los caminos que llegues a Morella resulta impresionante por su emplazamiento y demuestra por qué siempre fue plaza fuerte para todos los ejércitos y pueblos que habitaron esta colina que sufrió repetidas batallas a lo largo de los siglos. Morella es la más importante de las ciudades del Maestrazgo castellonense y es necesario abandonar la ruta principal y ascender entrando en esta villa medieval atravesando alguna de sus puertas fortificadas a fin de contemplar desde las alturas de sus plazas y calles el abrupto paisaje que la rodea y por donde seguiremos nuestro camino.
En cualquier dirección todas las carreteras son muy retorcidas y de escaso tráfico por tanto muy de moto. Hacia el norte la vía principal que viaja hacia Alcañiz y Zaragoza es ancha y rápida, del estilo del ya superado puerto del Querol. Una alternativa antes de salir de la provincia de Castellón, justo en el puerto de Torre Miro la carretera CV-105 regresa hacia la costa y es muy recomendable para los que quieran visitar una de las zonas más desconocidas de la Comunidad Valenciana. La referencia es Castell de Cabres y La Senia justo en el límite de la provincia de Tarragona, el recorrido son casi cuarenta kilómetros de carretera estrecha y revirada hasta la saciedad perfilando el Parque Natural de Tinença de Benifassà es solo recomendable para los que no se cansen de las curvas continuas. También con base en Morella, otro circuito es el que utiliza la carretera numerada CV-14 por Zorita y ya dentro de Aragón, provincia de Teruel, Aguaviva Mas de las Matas, Castellote, Los Alagones y Luco de Bordón. Puro Maestrazgo.
Los mesones de esta región ofrecen una gastronomía recia. Sopa de flan, cabrito al horno, «tombet» (carne de cordero y caracoles blancos con una salsa a base de ajo, guindilla aceite y coñac trufado), carne mechada, cabezas de cordero, lomo en adobo y un amplio repertorio de platos contundentes. La trufa es el diamante de la cocina comarcal. El Maestrazgo es también tierra de buenos jamones y cecinas y el singular queso de Tronchón.
La ruta principal de esta ruta desde Morella sigue la CV-125 en dirección a Cinctorres. Es este un terreno de agrestes montañas, canchales y roquedales, barrancos y parameras que unidas a la soledad y los escasos pueblos de la comarca te integran plenamente en una naturaleza adusta, dura y salvaje. En esta zona el tiempo y los fenómenos climáticos han modelado sin prisa en estos parajes muy alejados del mundanal ruido que vive la costa de esta misma provincia. Los ríos Cantavieja, Morella y Caldes son, con el Bergantes que corren entre sus más amplias barranqueras, los encargados de recoger las múltiples escorrentías que durante la primavera brotan por doquier provenientes de la fusión de las nieves que por esta zona suelen ser frecuentes durante el invierno.
Nuestra ruta continúa atravesando Cinctorres, el magnífico tramo del Portell de Morella y a continuación pasa a la provincia de Teruel por el puerto de las Cabrillas, uno de los más solitarios de toda la Comunidad Valenciana. La iglesuela del Cid pertenece a Teruel, un pueblo precioso que como otros de la comarca llevan el apellido del Cid. El legendario caballero medieval batallo por estos territorios en su recorrido entre Burgos y Valencia. Una ruta completa que se puede seguir por el muy bello, variado y afamado Camino del Cid merecedor ganador del Premio Moto Turimo 2024 en la categoría Ruta Nacional. La carretera entra solo momentáneamente en Valencia, tomando la denominación de CV-173 pero vuelve de nuevo a Teruel para atacar el puerto de Mosqueruela. Durante un largo tramo de casi 60 kilómetros hay que rodar fuera de los límites provinciales de Castellón, ya que por esta zona limítrofe con Aragón no hay carreteras que viajen en dirección norte-sur. Las únicas que atraviesan estos deshabitados parajes siguen el curso de los valles principales y tiene dirección sureste-noroeste. La carretera que primero se encuentra para volver a Castellón es la TE–V8111 con la referencia de Puertomigalvo que se convierte en la CV-1751 al entrar en Castellón. Una carretera local que puede encontrarse cerrada por nieves entre los meses de diciembre y marzo, pero salvo para motos trail con ganas de aventura es mucho más recomendable seguir la ruta principal recomendada, pasando por Nogeruelas y Rubielos de Mora para regresar a Castellón por la A-232 que se convierte en CV-190 en la Comunidad Valenciana.
Si decides seguir alguna de las muchas pistas de tierra que hay por esta comarca, siempre es recomendable hacerlo en compañía de otras motos. Viajar solo por zonas desconocidas fuera de las carreteras y en las que la mayor parte del terreno no se tiene cobertura telefónica, aumenta exponencialmente el riesgo en caso de percance. Igualmente, es imprescindible conocer la previsión meteorológica sobre todo en otoño, invierno y primavera pues las tormentas repentinas pueden ser de nieve con importantes cantidades que pueden bloquear los caminos con mucha rapidez.
Zucaina es la referencia y punto de regreso rápido a Castellón siguiendo la misma carretera indicada que ofrece hasta l’Alcora un buen tramo de virajes enlazados, pero nuestra ruta se dedica a continuación a explorar las bellas rutas del entorno del embalse de Arenós. Primero a lo largo de la CV-195, una ruta paisajística con muchas, muchas curvas hasta las proximidades de Arañuel. Si se te acaba el tiempo desde aquí también se puede regresar a la capital provincial pasando por Onda, pero si aún quieres seguir disfrutando de los muchos alicientes de esta comarca, no hay nada como perfilar el embalse por su litoral sur y la CV-20. A mitad del pantano se encuentra la carretera local CV-207 que nada más empezar se bifurca en dos rutas casi paralelas y a cual más interesante en su viaje hacia Villanueva de Viver. La más norteña sucede una serie de horquillas remontando los 922 metros de altura del puerto; mientras que la segunda, sin acusar tanta pendiente, resulta aún más revirada pasando por Fuente de la Reina. Ambas confluyen nuevamente cerca de San Agustín y la autovía A-23. Siguiendo esta vía de gran capacidad que comunica el levante con Aragón pasando por Teruel, se acaba la gran montaña castellonense, aunque si aun quieres más, se pueden realizar un par de desvíos interesantes. El primero sin salida hacia Cerro Salada, sin salida por asfalto, es la CV-240 que pasa por El Toro y asciende hasta las más altas cimas de la sierra de Javalambre. Con sus 1586 metros de altitud sobre el nivel del mar, este es el puerto de montaña más alto de la Comunidad Valenciana. Tienes la posibilidad de, “pellizcando” la provincia de Teruel, volver a la provincia de Valencia por una pista de tierra sencilla y practicable para motos de turismo siempre que las condiciones sean buenas, no sea invierno o el piso este mojado.
De nuevo en la ruta principal, Segorbe ofrece notables edificios civiles y religiosos, lo que la convierte en escala básica para los que gusten del turismo cultural. Aquí volvemos a dejar la «aburrida» autovía para buscar una nueva montaña, en esta ocasión la Sierra de Espadán por medio de las carreteras CV-200, CV-223 y CV-219. Ahín, a continuación, Eslida y después su puerto de montaña por la CV-219 harán las delicias de los que busquen un nutrido repertorio de curvas apretadas y en pendiente. En el descenso y al entroncarse con la CV-230 se continúa por un bello paisaje camino de La Vall de Uxo y sus afamadas grutas de San José. Esta población pone el punto final al tramo revirado, pues de aquí a la capital la comarca de la Plana, como su nombre indica, resulta llana y carece de interés moto-turístico. Solo las grandes ciudades de Burriana y Villareal, que forman parte del conglomerado urbano y fabril de Castellón, restan para concluir esta ruta completa por la provincia.