12 Sep Camino del Cid
GUSTAVO CUERVO
En España tenemos infinitas rutas de todo tipo pero, además, las hay que a su componente paisajístico se suman intereses históricos en torno a uno de los personajes más legendarios de la Edad Media hispana. En esta ruta tendremos la ocasión de disfrutar, durante varios días, de todos los alicientes del moto turismo. Una de las que está tomando más auge gracias al fomento de la misma por los organismos oficiales de las comunidades de Castilla León, Aragón y Comunidad Valenciana es el llamado Camino del Cid.
Siguiendo los pasos del legendario guerrero de la Edad Media Don Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, esta ruta traza una diagonal desde el centro norte de España con origen en Burgos hasta la costa levantina en Alicante. La ruta oficial está muy bien definida empezando en la provincia de Burgos y pasando por Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel, Castellón, Valencia y Alicante. Forma parte de las denominadas Rutas Culturales de España de la marca turística Turespaña y la suma de todos los recorridos oficiales suma mas de 2000 km. Fantásticos y muy desconocidos paisajes por carreteras muy sinuosas surcando páramos, llanuras, cerros y sierras del sistema Ibérico componen una de las rutas en las que se disfruta sin parar al recorrerla en moto.
La ruta comienza en Vivar del Cid, pueblo natal del guerrero, a pocos kilómetros al norte de la capital burgalesa, donde se ubica el mojón de la legua 0 y una estatua en la que tomarse las primeras fotos. Burgos con su catedral, Lara de los Infantes, el precioso pueblo de Covarrubias, y el fantástico monasterio de Silos, son las referencias principales del primer tramo llamado El Destierro. Son paisajes puramente castellanos donde el rudo clima pinta muy diferentes paisajes según la estación. Grises y helados campos a veces blancos de nieves o escarchas en invierno, brillantes verdes primaverales o amarillos y marrones agostados en verano, las carreteras por las que transita lejos del tópico castellano de largas rectas ofrece muchos tramos de curvas enlazadas entre lomas y bajas sierras.
El siguiente tramo está denominado como Tierras de la Frontera, desde Atienza a Calatayud, descubriendo los múltiples recuerdos medievales de Guadalajara, Soria y Zaragoza. Páramos, castillos, fortalezas y un buen número de recuerdos en piedra anteriores al Cid como el arco romano de Medinaceli, en un tramo que tiene como eje la A2 que no se utiliza, pues siempre se enlazan carreteras locales. Fueron tierras fronterizas en la Edad Media entre los reinos castellanos y los musulmanes durante siglos en los que batallas y escaramuzas, periodos de paz y guerras se sucedieron poblando los altozanos de fortalezas. Castillos bien conservados y reconstruidos o ruinas de otros que no aguantaron el paso del tiempo son siempre excepcionales oteros de amplias panorámicas donde subir con la moto resulta emocionante cual caballero hacia su castillo.
El tramo siguiente se denomina de las Tres Taifas y suma 297 km. Este tramo es especialmente recomendable en otoño y penetra en los prodigiosos parajes del Alto Tajo, pasando por pequeños pueblos medievales. Una gozada perderse por estos parajes, bien por sus estrechas y retorcidas carreteras locales como por sus pistas de tierra de tráfico permitido, siguiendo el cauce el Río Tajo.
La Conquista de Valencia es el siguiente tramo de 200 km por tierras de Teruel y la Valencia interior, surcando parajes muy solitarios y poco conocidos. Sierras adustas llenas de valles estrechos, roquedos y desfiladeros. Un territorio de compleja geología que, debido a sus características, ha permanecido inalterado y sin grandes poblaciones en lo más profundo de sus serranías. Pequeños pueblos de piedra y madera se esconden en los lugares más fértiles donde la naturaleza ha permitido que la presencia humana pueda cultivar estas agrestes montañas.
El siguiente tramo de 227 km enlaza Valencia con Orihuela por el interior de las provincias de Valencia y Alicante, con sus serranías cuajadas de bellas carreteras y pueblos de gran valor turístico. Se puede disfrutar de magníficos puertos de montaña a escasa distancia del Mediterráneo, que queda a la vista en muchos es estos pasos. Especial atención al tráfico de turistas que, con origen en la costa, viajan a conocer los pueblos más afamados del interior de Valencia y Alicante. Cabe anticiparse a reacciones frecuentes entre los automóviles de alquiler que pueden parar, girar o detenerse repentinamente ante lugares turísticos o miradores. Darse un margen suplementario siempre es la mejor recomendación, así como asegurarse de que otros usuarios de la vía se hayan percatado de nuestra presencia. De igual manera, muchas de estas carreteras son utilizadas por ciclistas con los que hay que mostrar el máximo respeto. Hay que adelantar manteniendo la distancia de seguridad y pensar que en las subidas podemos encontrar un grupo de ciclistas circulando a muy lenta velocidad tras una curva ciega.
Estos son los tramos principales del llamado Camino del Cid, pero a lo largo de la ruta se recomiendan varios ramales circulares que proporcionan un mejor conocimiento de varias regiones muy poco promocionadas por el turismo tradicional que se sitúan a lo largo del sistema Ibérico y sus proximidades. El ramal de Albar Fañéz en la provincia de Guadalajara, el anillo de Gallocanta, en torno a la laguna zaragozana donde las grullas recalan en su viaje hacia el norte generando un espectáculo invernal de imágenes y sonidos inolvidables, y el anillo de Montalbán con principio y fin en Calamocha, donde se imponen las llanuras cerealistas y paisajes alomados salpicados de pequeños pueblos en el norte de Teruel. El anillo del Maestrazgo es una ruta circular que surca los fragosos paisajes de Teruel y Castellón en el interior donde las carreteras de curvas hacen las delicias de todo moto turista. Por último, los anillos de Morella, de poco más de 100 km, por una zona de claros recuerdos al Cid como atestiguan los nombres de muchos de sus pueblos y el ramal de Castellón de Valencia a Castellón, paralelo a la costa mediterránea con principal referencia en la bimilenaria ciudad de Sagunto.
Fantásticas y solitarias carreteras de montaña entre espectaculares formaciones rocosas y la sorpresa permanente de pequeños pueblos, castillos, monasterios, barrancos y naturalezas tan salvajes como desconocidas hacen de la Ruta del Cid una de las más admiradas rutas moto turísticas de España, a la que es recomendable dedicar varias jornadas de viaje. La información detallada de esta ruta aquí.