Valencia: Paellas de mar y montaña

Valencia: Paellas de mar y montaña

GUSTAVO CUERVO

La Comunidad Valenciana es una región idónea para hacer turismo en moto de alta calidad. El levante español ofrece todo aquello que buscan los viajeros: carreteras de muchas curvas y bellos paisajes, playas, atractivos lúdicos y monumentales, el carácter abierto, simpático y espontáneo de sus habitantes y una excelente gastronomía.

Esta vez vamos de ruta por su región central, la provincia de Valencia, y es que a muy pocos kilómetros de las famosas paellas de arroz de la albufera valenciana se sirven otro tipo de “paellas”, las de las curvas en herradura de sus sierras. Esta es una ruta por la provincia de Valencia que, sin alejarse mucho de la capital, te sumerge en lo más profundo de una sierra inalterada, protegida al amparo de las regulaciones que ofrece ser la Reserva Nacional de Muela de Cortes. Son estas unas sierras agrestes y poco conocidas que recorremos en esta ocasión en una ruta circular, acabando en los mucho más populares paisajes de la albufera antes de regresar a la capital.

 

Empezamos la ruta

Rutómetro-Valencia-Chiva- Buñol- Mascatre- Dos Aguas-Millares- Bicorp- Quesa- Navarres- Sumarcárcel- Alberique- Alzira- Algemesí- Cullera- El Perelló- El Palmar- El Saler- Valencia. 220 km

La primera parte de la ruta utiliza la autovía A-3, saliendo de la ciudad en dirección a Madrid. Buñol marca el fin de la vía rápida y el comienzo de la ruta más lenta y divertida. Al principio son suaves lomas y campos de cultivo que dan paso a un paisaje mucho más agreste en el límite oriental de la Sierra de Martes. A la sombra del castillo de Macastre, la carretera se retuerce en una continua sucesión de curvas obligadamente lentas. A partir de Dos Aguas se atraviesa el cañón del río Jucar (Xunquer), un precioso paisaje de recia montaña.

La ruta asciende por los escarpados roquedales, dejando el fondo del cañón del río, hasta alcanzar la cima en el cruce que marca el descenso hacia el Salto de Millares y su complejo hidroeléctrico. Áspero paisaje el que atraviesa la carretera a continuación en un entorno de los que evocan lugares remotos e inaccesibles. Bicorp, Quesa y Navarrés conducen poco a poco hacia el más afamado de los paisajes valencianos. Las montañas se relajan y dan paso a los valles donde prosperan los naranjos y limoneros. Aún queda otra referencia destacada en este tramo. El pueblo de Tous tristemente afamado por la rotura de la presa que inundó el pueblo a finales del pasado siglo.

 

 

Alberique, Alzira y Algemesí forman parte de la red agrícola e industrial valenciana y tiene un intenso tráfico de travesía y una sucesión continua de rotondas y carreteras de todo tipo que obligan a aumentar aún más la atención. La maraña de cruces por las que los automovilistas locales circulan con fluidez no es sencilla de entender para los foráneos. Precauciones especiales en las rotondas, pues algunas se encuentran muy pulidas por el paso de muchos vehículos.

Paisajes que combinan playa y campo

En las proximidades de Cullera el paisaje está tan cambiado, que es completamente plano junto a la costa, salvo el promontorio a cuyos pies se acoge la población de Cullera. Ciudad veraniega de magníficas playas, tiene al menos dos lugares que no deben faltar en la visita de cualquier motociclista. Para empezar la subida hasta la Ermita Castillo de la Virgen, desde donde se divisan excelentes panorámicas con la desembocadura del río Júcar, las playas y los campos de naranjos. Abajo en la playa de San Antonio, justo antes de alcanzar el río Júcar, se encuentra el restaurante museo Moto-Moto Tapas, fundado por el inolvidable Salvador Gascón. Además de punto de encuentro, es un lugar único en España, puesto que se puede comer entre motos históricas de carreras y admirar equipamientos originales usados en competición por pilotos mundialistas valencianos como Tormo, Aspar, Champi Herreros y también de Ángel Nieto y otros pilotos internacionales.

Si eres un gourmet exquisito, no puedes dejar de degustar un arroz en el restaurante Casa Salvador, en el paraje pintoresco del Lago del Estany, que se alcanza por estrechas carreteas locales pasando por la playa de Marenyet. Salvador Gascón, que fuera presidente de la Federación Valenciana de Motociclismo, fue un incansable emprendedor y descubridor de los grandes pilotos valencianos. Desarrolló el negocio familiar de una pequeña barraca a un magnífico restaurante referencia, fundamental para cualquier amante de los arroces en sus múltiples variedades.

 

 

Siguiendo la ruta por el litoral hacia el norte, el Faro de Cullera es el final de la inmensa playa que, desde aquí hasta la misma capital, se alarga durante 40 kilómetros. En este último tramo aún se puede descubrir el singular entorno de la Albufera valenciana, excepcional paraje natural. Refugio de aves migratorias de especies que cambian a lo largo del año, al igual que cambia el aspecto de los arrozales, al ritmo de las subidas y descensos de las aguas. En el centro de la albufera, el pequeño pueblo de El Palmar al que se accede por una estrecha carretera entre las cañas y las aguas de la albufera, una de las referencias valencianas por sus tradicionales barracas y sus múltiples restaurantes donde degustar excelentes arroces.

 

Buena gastronomía

La paella es el plato emblemático de la cocina valenciana y famoso representante de la gastronomía española más allá de nuestras fronteras. Entre las múltiples variedades de la paella, que se clasifican en función de los añadidos que tenga el arroz, hay que destacar dos principales. La clásica o de huerta, se prepara con judías tiernas, tomate, pimiento, pollo y conejo y la marinera que cuenta con langostinos, gambas, mejillones, calamares y pescado. En cualquier caso, el secreto de su preparación es el arroz de la albufera, el fuego de leña y una elaboración lenta y acompasada. Otros arroces tradicionales de la región menos conocidos son: Arroz con acelgas, con judías y nabos, al horno con huevos, arroz negro con sepia y alcachofas y, a banda, donde el pescado que lo condimenta se sirve en plato aparte.

Más allá de los arroces, otras especialidades gastronómicas a degustar a lo largo de este viaje son la anguila con All i pebre, el salmonete frito y el pato a la naranja. Los vinos de la región llevan denominaciones de origen Utiel-Requena y Valencia.

 

El Palmar y la Albufera o la playa del Saler son magníficos lugares para finalizar la ruta, pero si lo que buscas es algo más de marcha, nada como Valencia. Ya sean sus animadas noches de fin de semana, el encanto de sus barrios clásicos o la fantasía de sus edificios de la moderna Ciudad de las Artes y su exclusivo Oceanográfico. La increíble variedad del territorio valenciano condensada en un solo viaje.